¿A qué llamamos espionaje electrónico?
A toda aquella captación ilegal de información que se realiza a través de medios tecnológicos electrónicos como principal medio; no debemos confundir con las siglas TECHINT (Technical intelligence) utilizado en el argot de los espías como información técnica de inteligencia.
Cuando hablamos de medios tecnológicos y electrónicos englobamos a todos aquellos, aparatos, dispositivos, artilugios o artefactos construidos tanto de fabricación casera como por empresas del sector cuyo fin es captar información ya sea información vídeo-gráfica, sonora, de posicionamiento gps, software para computadores o teléfonos inteligentes, de control salidas, contadoras etc., los cuales los mismos han podido ser diseñados tanto para realizar labores de espionaje como para otras aplicaciones de tipo industrial o doméstico, pero cuyo uso se ha destinado a un único fin: el espionaje.
Estas tecnologías también son susceptibles de ser utilizadas y de hecho se utilizan para realizar otros tipos de actividades delictivas que no son puramente espionaje. En el mundo industrial y comercial de los negocios, el espionaje electrónico es utilizado de modo más habitual del que ha simple vista no puede parecer, ya que en la mayoría de ocasiones no se llegan a denunciar los hechos.
La captación de una conversación tanto de dos personas como de una reunión puede llegar a revelar una información de incalculable valor. A modo de ejemplo podemos citar reuniones de negocios en las que se van a tomar decisiones importantes como la adquisición o fusión con una determinada empresa, planes estratégicos, reuniones sindicales, reuniones comerciales con clientes, reuniones de abogados y un largo etc…
Es por ello que en numerosas ocasiones los detectives especializados en estos temas seamos contratados para realizar labores de investigación sobre un posible espionaje electrónico. En este tipo de casos nuestra misión consistiría principalmente en la localización de este tipo de artilugios utilizados para este fin. Para ello contamos con una serie de herramientas electrónicas que bien utilizadas con una buena formación y experiencia nos permite localizar estos artefactos.
No son pocas las ocasiones en que nuestro despacho de detectives ha sido contratados por temor a que se haya colocado algún micrófono oculto de ultima tecnología en una sala de juntas o en alguno de los despachos de algún directivo. Como es evidente sería de un trabajo titánico tener que desmontar todos y cada uno de los muebles y aparatos de una empresa e incluso desmotar o tirar a bajo tabiques o techos falsos, y más si se tratase de una gran empresa con grandes instalaciones de oficinas y naves industriales, e incluso así podría llegar pasar desapercibido el dispositivo oculto.
Por ello deber realizarse una minuciosa inspección de captación de señales y posteriormente ante la evidencia de las mismas provenientes de fuentes dudosas o sospechosas si que se podría echar una ojeada en un falso techo o desmontar un determinado mobiliario completándose así con una inspección ocular hasta localizar finalmente el dispositivo buscado en este caso por ejemplo un micrófono.
El campo de señales electromagnéticas que nos rodea en la actualidad prácticamente en cualquier entorno en un hábitat urbano es “incalculable”. Es por ello que debemos diferenciar los tipos de señales que percibimos y saber cual es el espectro aproximado de la señal que intentamos localizar de un posible aparato oculto de espionaje electrónico. En ocasiones estos aparatos están programados para transmitir señales solo en momentos determinados por lo que podrían pasar desapercibidos para un neófito en la materia.
Las bandas principales utilizadas suelen ser: en HF entre 3 Mhz y 30 Mhz denominadas altas frecuencias empleadas principalmente en seguridad, defensa y algunos radioficionados. En VHF de 30 Mhz a 300 Mhz denominadas de muy alta frecuencia utilizadas sobre todo en televisión, radio fm, aviación y servicio marítimo. Y por último las llamadas de ultra alta frecuencia UHF cuyo espectro electromagnético abarca desde los 300 Mhz a los 3 Ghz; radares, transmisores de uso personal y telefonía móvil.
Con los aparatos de captación y análisis de señales que utilizamos los detectives privados logramos captar este tipo de señales y aislarlas hasta finalmente dar con el dispositivo oculto, siendo ello una tarea realmente muy laboriosa. Tras haber dado con el aparato de espionaje electrónico se realizará un informe técnico y posteriormente se intentará averiguar el autor o autores y responsables del espionaje para ser puestos a disposición de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Finalmente cabe comentar que esta actividad delicitiva está fuertemente castigada con severas penas de privación de libertad.